La periodista y actual directora de Radio Nacional, María Seoane, aseguró hoy ante el tribunal que juzga el robo de bebés durante la dictadura, que el ex dictador Jorge Videla "no podía desconocer" la existencia de una maternidad clandestina en Campo de Mayo.
"Hasta agosto de 1978, durante la primera parte del golpe militar, Videla ocupó la casa del Jefe del Ejército en Campo de Mayo, donde funcionó un centro clandestino de detención y una maternidad clandestina, porque él quería vivir ahí mientras fuera comandante en Jefe del Ejército", explicó.
En ese sentido, dijo que parte de esa información fue recogida de las confesiones del ginecólogo de la maternidad del hospital militar de Campo de Mayo, Julio Caserotto, ante el ex juez federal de San Isidro Roberto Marquevich que investigó el caso.
Seoane fue convocada a pedido de la querella de las Abuelas de Plaza de Mayo, en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 6, en el que Videla es uno de los principales acusados por la implementación de un "plan sistemático" para la apropiación de hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio, varios de ellos en el hospital de aquella unidad militar.
Además, es la autora del libro "El dictador" publicado en 2001 en el que formula una investigación referida al rol de Videla durante el régimen, antes y después del golpe de marzo de 1976.
Entre otros hechos, la periodista hizo mención a las tres entrevista que el propio Videla le concedió a un integrante del equipo que participó en la producción del libro, y durante las cuales "asume la responsabilidad absoluta de lo ocurrido a partir de que dirige los destinos del país".
"Cumplí con el deber que el Estado me dio, no fue difícil para mí, yo estaba por encima de todos", fue la cita textual de los dichos de Videla durante uno de los reportajes, en los que admitió que no se tomó la decisión de fusilar a los miembros de las organizaciones subversivas secuestrados "porque la sociedad argentina no se lo hubiera bancado", ni tampoco "dar a conocer las listas" porque "enseguida iban a preguntar quién los mató y cómo".
Seoane hizo referencia a documentos desclasificados del Departamento de Estado norteamericano, que incluyen los informes reservados de los embajadores destacados en la Argentina antes y después del golpe militar.
Asimismo, llegó a la conclusión que el golpe fue la resultante de una "alianza entre el poder civil y militar; una fuerte alianza entre José Alfredo Martinez de Hoz y la cúpula militar desde agosto del 75, mediante la cual se establece un diseño de poder político y económico".
Advirtió que ya para 1976 "lo civiles llamados subversivos estaban derrotados y sobrevivían grupos de muy poca fuerza politica y militar" y se aprovechó el franco proceso de crisis del sistema político, tras la muerte del ex presidente Juan Perón, para iniciar "la reconversión capitalista en la Argentina".
"El motivo fundamental económico era reformatear económicamente a la Argentina y el sistema político en esa matriz no podía sera la democracia sino la dictadura", agregó.
También aludió a la pertenencia de dictador Videla al Movimiento Familiar Cristiano, una organización de civiles católicos que, de acuerdo con testimonios recogidos durante el juicio, intervino en la entrega de hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio.
En ese sentido, Seoane coincidió con que varios de sus integrantes actuaban como "asistentes sociales" una de las características descripta por los miembros de las parejas que recibían a los chicos recién nacidos y que, en la mayoría de los casos fraguaban como propios.
También recordó los testimonios de la monja francesa Ivonne Pierrot brindados ante la Conadep y en el Juicio de la ESMA, quien confirmó que Alice Domon, una de las religiosas secuestrada y desaparecida en la ESMA, atendió durante su permanencia en Hurlingham a Alejandro Videla, el hijo discapacitado del presidente de facto.
De acuerdo con los dichos de una ex integrante del Movimiento Familiar Critiano, Maria Elena Fortres, La familia Videla se estableció en 1953 en Hurlingham, en el noroeste del conurbano bonaerense, donde crearon con una prima y vecinos esa organización, cuyo objetivo principal era "la catequesis".
Según esa fuente, "los Videla tenían muy poca sensibilidad social y tenían una visión binaria, por lo cual para ellos todo era o blanco o negro".
En su testimonio de hoy, la autora de "La noche de los lápices", también hizo mención a la desaparición de un obrero que integraba el Movimiento Familiar Cristiano y de uno de sus miembros, presidente de una empresa, Horacio Palma, por cuya aparición le solicitaron a Videla, y en ambos casos "dijo que no podía hacer nada".
En otro tramo de su extensa declaración, Seoane hizo referencia a "la construcción de la estructura represiva" ideada por los ex dictadores Videla y el fallecido Roberto Viola como Secretario General del Ejército, y a las directivas secretas a las cuales accedió en la investigación, una de ellas conocida como "Peugeot", la 404/75, que contenía "instrucciones precisas" para el accionar represivo por parte de las tres fuerzas armadas.
Otro de los documentos que los militares no llegaron a destruir en el ocaso de la dictadura mencionó a la transcripción del "interrogatorio bajo tortura del dueño y director del diario El Cronista Comericial, Rafael Andrés Perrota, de junio de 1977", que, según dijo "forman parte de los archivos que todavía andan dando vueltas en manos de periodistas y otros no tan periodistas", al hacer mención al ex jefe de la SIDE durante el menemismo Juan Bautista "Tata" Jofre.
Por último, y respecto de la existencia de los documentos secretos de la represión, recordó que otro de los acusados, el ex dictador Reynaldo Bignone, "mediante el decreto final de la dictadura 2362/83 ordenó a todas las reparticiones del Ejército la destrucción de toda la documentación vinculada a la represión ilegal".
"Hasta agosto de 1978, durante la primera parte del golpe militar, Videla ocupó la casa del Jefe del Ejército en Campo de Mayo, donde funcionó un centro clandestino de detención y una maternidad clandestina, porque él quería vivir ahí mientras fuera comandante en Jefe del Ejército", explicó.
En ese sentido, dijo que parte de esa información fue recogida de las confesiones del ginecólogo de la maternidad del hospital militar de Campo de Mayo, Julio Caserotto, ante el ex juez federal de San Isidro Roberto Marquevich que investigó el caso.
Seoane fue convocada a pedido de la querella de las Abuelas de Plaza de Mayo, en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 6, en el que Videla es uno de los principales acusados por la implementación de un "plan sistemático" para la apropiación de hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio, varios de ellos en el hospital de aquella unidad militar.
Además, es la autora del libro "El dictador" publicado en 2001 en el que formula una investigación referida al rol de Videla durante el régimen, antes y después del golpe de marzo de 1976.
Entre otros hechos, la periodista hizo mención a las tres entrevista que el propio Videla le concedió a un integrante del equipo que participó en la producción del libro, y durante las cuales "asume la responsabilidad absoluta de lo ocurrido a partir de que dirige los destinos del país".
"Cumplí con el deber que el Estado me dio, no fue difícil para mí, yo estaba por encima de todos", fue la cita textual de los dichos de Videla durante uno de los reportajes, en los que admitió que no se tomó la decisión de fusilar a los miembros de las organizaciones subversivas secuestrados "porque la sociedad argentina no se lo hubiera bancado", ni tampoco "dar a conocer las listas" porque "enseguida iban a preguntar quién los mató y cómo".
Seoane hizo referencia a documentos desclasificados del Departamento de Estado norteamericano, que incluyen los informes reservados de los embajadores destacados en la Argentina antes y después del golpe militar.
Asimismo, llegó a la conclusión que el golpe fue la resultante de una "alianza entre el poder civil y militar; una fuerte alianza entre José Alfredo Martinez de Hoz y la cúpula militar desde agosto del 75, mediante la cual se establece un diseño de poder político y económico".
Advirtió que ya para 1976 "lo civiles llamados subversivos estaban derrotados y sobrevivían grupos de muy poca fuerza politica y militar" y se aprovechó el franco proceso de crisis del sistema político, tras la muerte del ex presidente Juan Perón, para iniciar "la reconversión capitalista en la Argentina".
"El motivo fundamental económico era reformatear económicamente a la Argentina y el sistema político en esa matriz no podía sera la democracia sino la dictadura", agregó.
También aludió a la pertenencia de dictador Videla al Movimiento Familiar Cristiano, una organización de civiles católicos que, de acuerdo con testimonios recogidos durante el juicio, intervino en la entrega de hijos de desaparecidos nacidos en cautiverio.
En ese sentido, Seoane coincidió con que varios de sus integrantes actuaban como "asistentes sociales" una de las características descripta por los miembros de las parejas que recibían a los chicos recién nacidos y que, en la mayoría de los casos fraguaban como propios.
También recordó los testimonios de la monja francesa Ivonne Pierrot brindados ante la Conadep y en el Juicio de la ESMA, quien confirmó que Alice Domon, una de las religiosas secuestrada y desaparecida en la ESMA, atendió durante su permanencia en Hurlingham a Alejandro Videla, el hijo discapacitado del presidente de facto.
De acuerdo con los dichos de una ex integrante del Movimiento Familiar Critiano, Maria Elena Fortres, La familia Videla se estableció en 1953 en Hurlingham, en el noroeste del conurbano bonaerense, donde crearon con una prima y vecinos esa organización, cuyo objetivo principal era "la catequesis".
Según esa fuente, "los Videla tenían muy poca sensibilidad social y tenían una visión binaria, por lo cual para ellos todo era o blanco o negro".
En su testimonio de hoy, la autora de "La noche de los lápices", también hizo mención a la desaparición de un obrero que integraba el Movimiento Familiar Cristiano y de uno de sus miembros, presidente de una empresa, Horacio Palma, por cuya aparición le solicitaron a Videla, y en ambos casos "dijo que no podía hacer nada".
En otro tramo de su extensa declaración, Seoane hizo referencia a "la construcción de la estructura represiva" ideada por los ex dictadores Videla y el fallecido Roberto Viola como Secretario General del Ejército, y a las directivas secretas a las cuales accedió en la investigación, una de ellas conocida como "Peugeot", la 404/75, que contenía "instrucciones precisas" para el accionar represivo por parte de las tres fuerzas armadas.
Otro de los documentos que los militares no llegaron a destruir en el ocaso de la dictadura mencionó a la transcripción del "interrogatorio bajo tortura del dueño y director del diario El Cronista Comericial, Rafael Andrés Perrota, de junio de 1977", que, según dijo "forman parte de los archivos que todavía andan dando vueltas en manos de periodistas y otros no tan periodistas", al hacer mención al ex jefe de la SIDE durante el menemismo Juan Bautista "Tata" Jofre.
Por último, y respecto de la existencia de los documentos secretos de la represión, recordó que otro de los acusados, el ex dictador Reynaldo Bignone, "mediante el decreto final de la dictadura 2362/83 ordenó a todas las reparticiones del Ejército la destrucción de toda la documentación vinculada a la represión ilegal".
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