martes, 23 de agosto de 2011

Una hermana que busca a su mellizo

El miércoles comienza en Paraná el juicio oral y público por el funcionamiento de una maternidad clandestina en el hospital militar de esa ciudad y puntualmente por el robo de los mellizos, hijos de Raquel Negro y Edgar Tulio Valenzuela.

En esta historia, el hijo mayor de Raquel, Sebastián Alvarez, es querellante en el juicio; Sabrina, una de los mellizos nacidos en cautiverio recuperó su identidad en diciembre de 2008, mientras que el otro niño sigue siendo buscado.

Según información de la Abuelas, la santafesina Raquel Negro tuvo a su primer hijo, Sebastián, junto a Marcelino Alvarez, desaparecido a fines de 1976.

El sanjuanino Edgar formó pareja con Alcira Fidalgo, secuestrada y desaparecida el 4 de diciembre de 1977 en la ciudad de Buenos Aires. Tiempo después, conoció a Norma Espinosa con quien tuvo a su primer hijo, Matías Nicolás, nacido en 1976.

Raquel "María" y Edgar "Tucho" o "Marcos", se conocieron en Rosario por su militancia en Montoneros, formaron pareja y por un tiempo vivieron en Brasil, cuando regresaron en enero de 1978 se asentaron en Mar del Plata, donde fueron secuestrados a los pocos días de llegar.

Edgar y Sebastián fueron secuestrados en la "Tienda Los Gallegos" y Raquel, embarazada de siete meses de mellizos, en la esquina de Luro y Catamarca.

Todos fueron llevados al centro clandestino de detención "Quinta de Funes", en las afueras de Rosario, donde se organizó un operativo en el que Edgar fue obligado a salir clandestinamente del país junto a represores con el fin de concretar un operativo de secuestro de dirigentes políticos en el exterior.

La pareja simuló aceptar el plan negociando la restitución de Sebastián a su familia materna.

Tulio salió del país con los represores y una vez que pisó suelo mexicano, se fugó y denunció los crímenes de la dictadura en Argentina.

Permaneció en México y el 25 de mayo de 1978 estableció el último contacto con su familia. Si bien se sabe que ingresó al país en el marco de la "Contraofensiva", no hay exactitud acerca de las circunstancias de su secuestro.

De Raquel se supo que a principios de marzo de 1978 dio a luz una niña y un niño en el Hospital Militar de Paraná y ambos bebés permanecieron internados en la unidad de terapia intensiva.

Luego fueron llevados al Instituto Médico de Pediatría donde ingresaron a la niña como "Soledad López" y al niño como "NN López".

Las fuerzas de seguridad abandonaron a la pequeña en la puerta de un convento y fue dada en adopción de buena fe a la familia Gullino, información que pudo obtenerse a partir de una causa iniciada en mayo de 2005 en el Juzgado Federal 1 de Paraná, con una denuncia realizada por el coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano.

En la causa también se presentaron como querellantes Sebastián Álvarez, el hermano mayor, Abuelas de Plaza de Mayo y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

Paralelamente, a fines de noviembre de 2008, una joven que dudaba de su identidad se presentó en la filial de Abuelas de Rosario y a los pocos días de su entrevista la joven recibió una citación de la jueza que ordenaba la pericia genética dando intervención a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) en el caso.

El 23 de diciembre de 2008, la jueza informó a Sabrina, por entonces de 31 años, que los resultados confirmaban que era hija de Raquel y Edgar.

Sabrina Gullino Valenzuela Negro, como le gusta presentarse, es la nieta recuperada 96 y ya contó su historia en el juicio oral que se realizó en Rosario por delitos de lesa humanidad.

En tanto, continúa la busqueda de ese niño, que hoy tiene 33 años, hermano mellizo de Sabrina y hermano menor de Sebastián.

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