El primer paso fue largo, pero se hizo
Los hijos adoptivos de la dueña de Clarín estuvieron más de nueve horas en el Hospital Durand. Se resistieron a que sus muestras queden en el BNDG, pero luego hubo acuerdo. La jueza podría ordenar el entrecruzamiento la semana próxima.
Por Raúl Kollmann e Irina Hauser
Tras más de nueve horas, casi al entrar la noche, terminó el proceso de extracción de muestras de Marcela y Felipe Noble Herrera. La medida se demoró porque durante la jornada hubo numerosos planteos que la jueza Sandra Arroyo Salgado fue resolviendo sobre la marcha. El que más demoró fue un pedido de los abogados de los hijos adoptivos de la dueña de Clarín, que se opusieron a que las muestras queden en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) para ser comparadas, también en el futuro, con las familias que vayan apareciendo porque se enteren de que sus hijas, luego asesinadas, dieron a luz en cautiverio. La jueza sostuvo que las muestras debían quedar en el BNDG e incluso dijo que estaba dispuesta a realizar de forma compulsiva la toma de huellas dactilares que luego dejan pequeños rastros de piel y por lo tanto células para realizar el ADN. Tras una reunión a solas entre Marcela y Felipe y sus abogados, resolvieron cambiar su postura y accedieron a que las muestras de sangre y saliva queden depositadas en el BNDG. De esa manera, se completó el primer paso: la obtención de muestras.
El próximo paso, a partir del lunes, es que el BNDG, bajo la dirección de la doctora Belén Rodríguez Cardozo y con la verificación de todos los peritos de parte, establecerá el perfil genético de Marcela y Felipe. Eso tardará muy pocos días. Después, la decisión sobre el tercer paso queda en manos de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. Ella tiene que resolver si ordena el entrecruzamiento de los perfiles genéticos de Marcela y Felipe con todas la familias que buscan a sus nietos y que dejaron las muestras en el BNDG.
La extracción de sangre y saliva se hizo alrededor del mediodía, con Marcela tomando la delantera. Nada menos que 24 personas participaron del proceso. Esto incluyó a los técnicos del Banco, a los peritos genetistas de los Noble Herrera, a los de Abuelas y de las dos familias querellantes. Por supuesto también estaban los abogados, los fiscales y la propia magistrada. El clima fue de tensión, porque la jornada se hizo muy larga por los distintos planteos. Se la vio a Marcela tomando decisiones y a Felipe más bien callado y siguiendo las instrucciones de su hermana adoptiva. Cuando a Marcela le sacaron sangre, la jeringa y la aguja se pusieron en una bolsa y se tiró a uno de esos recipientes destinados luego a la destrucción. Sin embargo, Marcela exigió que le entreguen la bolsa con la jeringa y la aguja y se la llevó consigo, al tiempo que le daba la instrucción a Felipe de que hiciera lo mismo.
Lo que produjo las mayores demoras fue la decisión de los Noble Herrera de no permitir que las muestras queden en el BNDG. La jueza se mantuvo muy firme y adelantó que la extracción se debía hacer como se hizo con todos los posibles hijos de desaparecidos. Se obtienen pequeñas muestras de sangre, saliva y piel y el material queda depositado en el Banco, porque continuamente aparecen nuevas familias que se enteran de que sus hijas podrían haber estado embarazadas en el momento del secuestro. En los últimos tiempos, por ejemplo, aparecieron diez familias nuevas y en un caso ya dio positivo. La pretensión de no dejar las muestras hizo subir la tensión y Arroyo Salgado les dijo a los hermanos y sus abogados que estaba dispuesta a obtener, de forma compulsiva, huellas digitales que, puestas sobre un papel especial, dejan marcas de piel de las que se pueden sacar células que permiten el ADN. Tras muchas idas y vueltas, Marcela y Felipe tomaron la decisión de que las muestras queden en el BNDG.
Están quienes afirman que la jueza ya está facultada para hacer el cotejo porque todas las partes –los Herrera Noble, los fiscales, los querellantes, incluyendo a Abuelas– dijeron por escrito que están dispuestos a que se haga la comparación con todas las familias que figuran en el Banco. Pero otros consideran que hay que atender a la decisión de la Cámara de Casación que limitó el cotejo a un grupo de familias relativamente chico, cuyas hijas fueron secuestradas antes de julio de 1976. Abuelas, las familias querellantes y los fiscales apelaron esa decisión porque no quieren convalidar las fechas que figuran en la adopción realizada por la dueña de Clarín. Esa apelación está todavía sin resolver, aunque Casación decidió suspender su tramitación luego de la novedad de la extracción a la que se sometieron voluntariamente Marcela y Felipe.
No obstante, en tribunales sugieren que Arroyo Salgado daría a conocer el lunes o martes una nueva resolución y que probablemente se incline por hacer el entrecruzamiento con todo el BNDG, como quieren las partes y marca la ley. En ese caso, los resultados –positivos o negativos– estarán listos en pocas semanas.
Los hijos adoptivos de la dueña de Clarín estuvieron más de nueve horas en el Hospital Durand. Se resistieron a que sus muestras queden en el BNDG, pero luego hubo acuerdo. La jueza podría ordenar el entrecruzamiento la semana próxima.
Por Raúl Kollmann e Irina Hauser
Tras más de nueve horas, casi al entrar la noche, terminó el proceso de extracción de muestras de Marcela y Felipe Noble Herrera. La medida se demoró porque durante la jornada hubo numerosos planteos que la jueza Sandra Arroyo Salgado fue resolviendo sobre la marcha. El que más demoró fue un pedido de los abogados de los hijos adoptivos de la dueña de Clarín, que se opusieron a que las muestras queden en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) para ser comparadas, también en el futuro, con las familias que vayan apareciendo porque se enteren de que sus hijas, luego asesinadas, dieron a luz en cautiverio. La jueza sostuvo que las muestras debían quedar en el BNDG e incluso dijo que estaba dispuesta a realizar de forma compulsiva la toma de huellas dactilares que luego dejan pequeños rastros de piel y por lo tanto células para realizar el ADN. Tras una reunión a solas entre Marcela y Felipe y sus abogados, resolvieron cambiar su postura y accedieron a que las muestras de sangre y saliva queden depositadas en el BNDG. De esa manera, se completó el primer paso: la obtención de muestras.
El próximo paso, a partir del lunes, es que el BNDG, bajo la dirección de la doctora Belén Rodríguez Cardozo y con la verificación de todos los peritos de parte, establecerá el perfil genético de Marcela y Felipe. Eso tardará muy pocos días. Después, la decisión sobre el tercer paso queda en manos de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. Ella tiene que resolver si ordena el entrecruzamiento de los perfiles genéticos de Marcela y Felipe con todas la familias que buscan a sus nietos y que dejaron las muestras en el BNDG.
La extracción de sangre y saliva se hizo alrededor del mediodía, con Marcela tomando la delantera. Nada menos que 24 personas participaron del proceso. Esto incluyó a los técnicos del Banco, a los peritos genetistas de los Noble Herrera, a los de Abuelas y de las dos familias querellantes. Por supuesto también estaban los abogados, los fiscales y la propia magistrada. El clima fue de tensión, porque la jornada se hizo muy larga por los distintos planteos. Se la vio a Marcela tomando decisiones y a Felipe más bien callado y siguiendo las instrucciones de su hermana adoptiva. Cuando a Marcela le sacaron sangre, la jeringa y la aguja se pusieron en una bolsa y se tiró a uno de esos recipientes destinados luego a la destrucción. Sin embargo, Marcela exigió que le entreguen la bolsa con la jeringa y la aguja y se la llevó consigo, al tiempo que le daba la instrucción a Felipe de que hiciera lo mismo.
Lo que produjo las mayores demoras fue la decisión de los Noble Herrera de no permitir que las muestras queden en el BNDG. La jueza se mantuvo muy firme y adelantó que la extracción se debía hacer como se hizo con todos los posibles hijos de desaparecidos. Se obtienen pequeñas muestras de sangre, saliva y piel y el material queda depositado en el Banco, porque continuamente aparecen nuevas familias que se enteran de que sus hijas podrían haber estado embarazadas en el momento del secuestro. En los últimos tiempos, por ejemplo, aparecieron diez familias nuevas y en un caso ya dio positivo. La pretensión de no dejar las muestras hizo subir la tensión y Arroyo Salgado les dijo a los hermanos y sus abogados que estaba dispuesta a obtener, de forma compulsiva, huellas digitales que, puestas sobre un papel especial, dejan marcas de piel de las que se pueden sacar células que permiten el ADN. Tras muchas idas y vueltas, Marcela y Felipe tomaron la decisión de que las muestras queden en el BNDG.
Están quienes afirman que la jueza ya está facultada para hacer el cotejo porque todas las partes –los Herrera Noble, los fiscales, los querellantes, incluyendo a Abuelas– dijeron por escrito que están dispuestos a que se haga la comparación con todas las familias que figuran en el Banco. Pero otros consideran que hay que atender a la decisión de la Cámara de Casación que limitó el cotejo a un grupo de familias relativamente chico, cuyas hijas fueron secuestradas antes de julio de 1976. Abuelas, las familias querellantes y los fiscales apelaron esa decisión porque no quieren convalidar las fechas que figuran en la adopción realizada por la dueña de Clarín. Esa apelación está todavía sin resolver, aunque Casación decidió suspender su tramitación luego de la novedad de la extracción a la que se sometieron voluntariamente Marcela y Felipe.
No obstante, en tribunales sugieren que Arroyo Salgado daría a conocer el lunes o martes una nueva resolución y que probablemente se incline por hacer el entrecruzamiento con todo el BNDG, como quieren las partes y marca la ley. En ese caso, los resultados –positivos o negativos– estarán listos en pocas semanas.
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