Declaración de dos médicos del Hospilta Militar
Una cesárea a punta de pistola
Julio César Caserotto era jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Militar durante la dictadura. Dos de los médicos que estuvieron bajo sus órdenes ayer recordaron cómo un día –en el que estaba totalmente borracho– obligó a una de las médicas a atender el parto de una detenida. A la médica no le dejaron identificar a la persona ni hacerle la historia clínica, indicó uno de los testigos: “La obligaron a hacer la cesárea a punta de pistola y al terminar ella levantó el bolso y no volvió a aparecer más por el hospital”.
Eduardo Julio Poisson y Carlos Raffinetti declararon ayer en la audiencia de robo de bebés. Ambos eran médicos del Hospital Militar. Hablaron del caso de la médica Silvia Cecilia Bonsignore de Petrillo, que declarará en las próximas audiencias. Raffinetti recordó que Caserotto obligó a Petrillo: “Lo que sé es que la obligaron, prácticamente la levantaron de los pelos, para atender a esta persona”.
Caserotto tenía acceso al área de epidemiología, el área que empezó a estar vedada para el personal civil después del golpe. Y por el que alguna vez pasó y vio embarazadas otro de los médicos que nombraron, que luego discutió con Caserotto, le inventaron un sumario y lo obligaron a renunciar. “Epidemiología era un lugar infranqueable para el personal civil –dijo Poisson–. La presunción es que había personas detenidas.”
Raffinetti había declarado ante la Conadep. Trabajó en el Hospital Militar desde 1958, y para la época de la dictadura estaba en el servicio de ginecología. Cuando le preguntaron, fue más cauteloso que Poisson o por lo menos aparecía más desmemoriado. “Nunca tuve conocimiento”, dijo cuando le preguntaron si existían detenidas en el hospital, aunque también dijo que el área de epidemiología estaba vedada y era el lugar custodiado por soldados. “¿Por qué?”, le preguntaron los jueces. “Se nos explicaba lo menos posible”, indicó.
Julio César Caserotto era jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Militar durante la dictadura. Dos de los médicos que estuvieron bajo sus órdenes ayer recordaron cómo un día –en el que estaba totalmente borracho– obligó a una de las médicas a atender el parto de una detenida. A la médica no le dejaron identificar a la persona ni hacerle la historia clínica, indicó uno de los testigos: “La obligaron a hacer la cesárea a punta de pistola y al terminar ella levantó el bolso y no volvió a aparecer más por el hospital”.
Eduardo Julio Poisson y Carlos Raffinetti declararon ayer en la audiencia de robo de bebés. Ambos eran médicos del Hospital Militar. Hablaron del caso de la médica Silvia Cecilia Bonsignore de Petrillo, que declarará en las próximas audiencias. Raffinetti recordó que Caserotto obligó a Petrillo: “Lo que sé es que la obligaron, prácticamente la levantaron de los pelos, para atender a esta persona”.
Caserotto tenía acceso al área de epidemiología, el área que empezó a estar vedada para el personal civil después del golpe. Y por el que alguna vez pasó y vio embarazadas otro de los médicos que nombraron, que luego discutió con Caserotto, le inventaron un sumario y lo obligaron a renunciar. “Epidemiología era un lugar infranqueable para el personal civil –dijo Poisson–. La presunción es que había personas detenidas.”
Raffinetti había declarado ante la Conadep. Trabajó en el Hospital Militar desde 1958, y para la época de la dictadura estaba en el servicio de ginecología. Cuando le preguntaron, fue más cauteloso que Poisson o por lo menos aparecía más desmemoriado. “Nunca tuve conocimiento”, dijo cuando le preguntaron si existían detenidas en el hospital, aunque también dijo que el área de epidemiología estaba vedada y era el lugar custodiado por soldados. “¿Por qué?”, le preguntaron los jueces. “Se nos explicaba lo menos posible”, indicó.
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