Recuperó su identidad y decidió seguir la senda que sus padres no pudieron continuar
Victoria Moyano: “Cada nieto que se recupera es un hermano nuestro que aparece”
La aparición de Guido Montoya Carlotto, nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, fue una noticia que se difundió por todo el planeta e impactó profundamente en los argentinos. Quizás sea el hito más significativo de los últimos años para las Abuelas, que desde hace décadas luchan por la restitución de sus nietos, apropiados durante la última dictadura militar. Guido (Ignacio Hurban, su nombre de crianza) es el nieto número 114 que recupera su identidad en una búsqueda que lleva más de 35 años.
El Intransigente entrevistó a Victoria Moyano, una de las nietas primeras nietas recuperadas. Su historia tiene algunas variantes respecto de la de Guido. A diferencia de él, Victoria pudo recuperar su identidad cuando tenía sólo nueve años y forjó su personalidad en base a la militancia social por la que, considera, sus padres dieron la vida. Hoy, a los treinta y cinco años, participa activamente en organismos de Derechos Humanos y acompaña la lucha de trabajadores en conflicto.
A diferencia de otros miembros de los organismos, nunca se ha sentido tentada por cómodos despachos en la administración pública, ni ha cedido a las mieles del oficialismo. Por el contrario, suele ser vista en las calles, participando de marchas y actos por los Derechos Humanos de ayer y de hoy. Su compromiso con el presente incluso la ha llevado a ser detenida de manera violenta, pero nada de ello parece minar sus convicciones. "Las libertades democráticas no son sólo lo que implica el juicio y castigo al genocidio. Desde ya, seguimos defendiendo ese proceso y luchamos a diario para que los genocidas vayan a la cárcel. Pero nosotros también creemos que tenemos que defender todas aquellas libertades que hacen a la vida cotidiana, y que están siendo vulneradas”, sostiene.
El Intransigente: ¿Cómo te toca a vos la historia de la recuperación de Guido Montoya Carlotto, el nieto de Estela?
Victoria Moyano: La aparición de Guido Carlotto significa para todos una alegría enorme. Cada vez que se recupera un nieto es como recuperar a un hermano nuestro. Hoy, nuestro hermano tiene 35 años, con una identidad fraguada, pero emprenderá un nuevo camino sabiendo su verdad”.
A diferencia de Guido, Victoria sí fue criada por su apropiador. Nació en el Pozo de Banfield y, desde antes del parto, su mamá, María Asunción Artigas Milo, era vigilada porque la bebé tenía un destino prefijado. Fue robada por un comisario, Oscar Penna, para entregársela a su hermano, Víctor, y su cuñada, María Elena Mauriño, que la inscribieron como su hija biológica. Víctor falleció un año después y Oscar, el apropiador, se hizo cargo de la familia. Victoria creció con la idea de que era adoptada y esa fue la clave para su restitución.
Su maestra de primer grado, sabiendo que ella era adoptada, fotocopió los papeles de su inscripción a la escuela, donde figuraba como hija biológica de los Penna. Sabía que su tío era comisario. Fue ella quien denunció el caso a Abuelas de Plaza de Mayo y se constituyó, más tarde, en uno de sus sostenes emocionales para comprender lo que estaba pasando.
Cuando tenía nueve años, personal del Juzgado se presentó en su casa y le habló de una familia que quería saber quién era ella. Su tío comisario ya se había fugado y el 30 de diciembre de 1987 Victoria comenzaba el camino hacia la restitución de su identidad. Conoció a su familia biológica y a sus abuelas, a todas ellas, a las de Plaza de Mayo. Vio fotos de sus padres, conoció sus historias y empezó a entender la causa por la que habían dado la vida. Decidió no abandonar la senda que ellos habían comenzado a andar. El proceso, asegura, no fue sencillo, pero la búsqueda de la verdad es un camino que no tiene retorno.
El Intransigente: La vicepresidenta de Abuelas, Rosa Roisinblit, dijo recientemente que una cosa es recuperar un nieto, pero otra distinta es conquistar su amor. ¿Cómo fue tu experiencia en este camino de reconquistarte con tu familia de sangre?
Victoria Moyano: "Para mí fue muy importante poder conocer mi historia. Yo pude acceder a mis nueve años a mi familia. Creo que hay una etapa de conocimiento mutuo, de aceptación que tus padres fueron desaparecidos, secuestrados y asesinados por las fuerzas represivas que llevaron adelante el genocidio en la Argentina. Entonces, desde ese punto de vista, primero hay que aceptar que uno tiene esa historia. Después, tener la predisposición de escuchar y tratar de establecer lazos con tu familia biológica, teniendo en cuenta que no compartiste tu vida con ellos, producto de una apropiación, no porque esa familia no te haya estado buscando. La historia de Guido, como la de los otros nietos, forma parte de familias que durante años los han estado buscando. Entonces, desde ese punto de vista, creo que ese amor que se expresa sirve mucho para que podamos conquistar una relación con nuestras familias y tratar de acercarnos también a nuestros padres. Cuando yo recuperé mi identidad no recuperé sólo mi nombre. En mi caso, siento que recuperé la historia de lucha de mis padres, por lo que ellos dieron su vida, la lucha que ellos amaban. También tuve la recuperación de esa lucha, que es muy importante para mí. Creo que en estos momentos hay un proceso muy importante de los nietos que es recuperar a los padres biológicamente, pero también su militancia.
El Intransigente: Estela de Carlotto pidió que se respetara a la familia que crió a Guido durante todos estos años. ¿Ves un trato diferente de parte de la prensa y de sectores políticos en este caso en particular?
Victoria Moyano: No conozco realmente cómo Guido llegó a los brazos de la familia que lo crió. En general, si hubo una apropiación, significa que no existió una adopción legal. Por lo tanto, hay una conducta criminal. La Justicia penal interviene inmediatamente, se los procesa y se los condena. Yo no sé cómo fue el caso. Por eso, no puedo opinar acerca de lo que dice Estela, que se trata de una buena familia. Sólo puedo decir que cuando hubo apropiación, los apropiadores han cometido un delito.
Su activa militancia la llevó a apoyar los reclamos de los trabajadores despedidos de la empresa Lear. Victoria nunca escondió su militancia por los derechos de los trabajadores y llevó con orgullo las banderas de sus padres. Por ello, días atrás fue detenida en un escandaloso operativo de Gendarmería, junto a dos militantes por los Derechos Humanos y un legislador electo. La indignación se esparció por todo el país y fue liberada horas más tarde.
El Intransigente: Hoy la vida te encuentra militando activamente con los trabajadores de Lear. ¿Trabajás en la empresa o militás con ellos?
Victoria Moyano: No trabajo en la empresa, yo me acerco de manera solidaria como parte de los organismos de Derechos Humanos que venimos acompañando a los trabajadores de Lear. Lo hacemos con distintas luchas desde hace años. Entiendo que los trabajadores de LEAR se encuentran en una situación donde se le ha limitado todo tipo de goce de libertad democrática, desde la libertad sindical hasta la de trabajar. Se ha incumplido una docena de fallos judiciales que sostienen que esos despidos son ilegales. Por esa razón, junto a otros organismos de Derechos Humanos, acompañamos la lucha de los trabajadores, como parte de la lucha por las libertades democráticas de este país. No lo vemos como algo escindido. Las libertades democráticas no son sólo lo que implica el juicio y castigo al genocidio. Desde ya, lo seguimos defendiendo y luchamos a diario para que los genocidas vayan a la cárcel. Nosotros también creemos que tenemos que defender todas aquellas libertades que hacen a la vida cotidiana que están siendo vulneradas”.
El Intransigente: Hay, en cambio, otros nietos que han optado por otro tipo de militancia, que hoy son diputados u ocupan cargos en ministerios nacionales. ¿Vos crees que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner cooptaron esa lucha militante?
Victoria Moyano: Lo que pasó con el gobierno de los Kirchner fue que, cuando Néstor tuvo que legitimar ese 22% de votos que obtuvo en las elecciones nacionales, tomaron las banderas de algo muy sentido: la lucha por los Derechos Humanos en este país. En ese sentido, muchos de los organismos de Derechos Humanos se han acercado políticamente y han defendido toda la gestión kirchnerista. Creo que, por principios, los organismos de Derechos Humanos deberían mantenerse independientes de todos los gobiernos y del Estado, que son los que vulneran la libertad democrática. Yo tengo una posición muy crítica sobre cómo ha actuado este gobierno con la política de Derechos Humanos”.
El Intransigente: El gobierno y algunos organismos de Derechos Humanos sostienen y defienden al Jefe del Ejército, César Milani.
Victoria Moyano: Creo que de ninguna manera puede estar al frente del Ejército un personaje perverso como Milani después de todas las denuncias que hay alrededor de su persona sobre delitos de lesa humanidad. Ese caso fue una divisoria de aguas alrededor de la valoración de la política de Derechos Humanos de este gobierno. Desde hace muchísimos años vengo exigiendo la apertura de los archivos, es decir, las nóminas de las fuerzas que revistieron en los centros clandestinos entre el 76 y el 83, para poder acceder a los datos de dónde podrían estar nuestros hermanos y nuestros padres. Pero este gobierno, al igual que los anteriores, no ha querido entregar esas nóminas. Entonces, todo lo que avanzamos en materia de Derechos Humanos es producto de la lucha incansable de las organizaciones y no de este gobierno. Por eso no compartimos la lectura con otros nietos y otros organismos”.
El Intransigente: ¿Servirá la aparición de Guido como incentivo para que otras personas que duden de su identidad se acerquen a Abuelas?
Victoria Moyano: Es posible, de hecho ya se habla que hay jóvenes que se han acercado a conocer su identidad. Pero, como te dije anteriormente, me parece que es una política insuficiente. Nosotros no podemos dejar todo en manos de las dudas de los jóvenes, en que se animen denunciarlo y, luego, que se animen a hacer el ADN. Esa responsabilidad no puede quedar en nuestras manos. Es la inversión de la prueba. Nosotros tenemos que probar todo. Si es el Estado el que desapareció a nuestros padres, es el mismo Estado el que tiene que devolvernos nuestra identidad”
Por Guido Baistrocchi - para El Intransigente
Victoria Moyano: “Cada nieto que se recupera es un hermano nuestro que aparece”
La aparición de Guido Montoya Carlotto, nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, fue una noticia que se difundió por todo el planeta e impactó profundamente en los argentinos. Quizás sea el hito más significativo de los últimos años para las Abuelas, que desde hace décadas luchan por la restitución de sus nietos, apropiados durante la última dictadura militar. Guido (Ignacio Hurban, su nombre de crianza) es el nieto número 114 que recupera su identidad en una búsqueda que lleva más de 35 años.
El Intransigente entrevistó a Victoria Moyano, una de las nietas primeras nietas recuperadas. Su historia tiene algunas variantes respecto de la de Guido. A diferencia de él, Victoria pudo recuperar su identidad cuando tenía sólo nueve años y forjó su personalidad en base a la militancia social por la que, considera, sus padres dieron la vida. Hoy, a los treinta y cinco años, participa activamente en organismos de Derechos Humanos y acompaña la lucha de trabajadores en conflicto.
A diferencia de otros miembros de los organismos, nunca se ha sentido tentada por cómodos despachos en la administración pública, ni ha cedido a las mieles del oficialismo. Por el contrario, suele ser vista en las calles, participando de marchas y actos por los Derechos Humanos de ayer y de hoy. Su compromiso con el presente incluso la ha llevado a ser detenida de manera violenta, pero nada de ello parece minar sus convicciones. "Las libertades democráticas no son sólo lo que implica el juicio y castigo al genocidio. Desde ya, seguimos defendiendo ese proceso y luchamos a diario para que los genocidas vayan a la cárcel. Pero nosotros también creemos que tenemos que defender todas aquellas libertades que hacen a la vida cotidiana, y que están siendo vulneradas”, sostiene.
El Intransigente: ¿Cómo te toca a vos la historia de la recuperación de Guido Montoya Carlotto, el nieto de Estela?
Victoria Moyano: La aparición de Guido Carlotto significa para todos una alegría enorme. Cada vez que se recupera un nieto es como recuperar a un hermano nuestro. Hoy, nuestro hermano tiene 35 años, con una identidad fraguada, pero emprenderá un nuevo camino sabiendo su verdad”.
A diferencia de Guido, Victoria sí fue criada por su apropiador. Nació en el Pozo de Banfield y, desde antes del parto, su mamá, María Asunción Artigas Milo, era vigilada porque la bebé tenía un destino prefijado. Fue robada por un comisario, Oscar Penna, para entregársela a su hermano, Víctor, y su cuñada, María Elena Mauriño, que la inscribieron como su hija biológica. Víctor falleció un año después y Oscar, el apropiador, se hizo cargo de la familia. Victoria creció con la idea de que era adoptada y esa fue la clave para su restitución.
Su maestra de primer grado, sabiendo que ella era adoptada, fotocopió los papeles de su inscripción a la escuela, donde figuraba como hija biológica de los Penna. Sabía que su tío era comisario. Fue ella quien denunció el caso a Abuelas de Plaza de Mayo y se constituyó, más tarde, en uno de sus sostenes emocionales para comprender lo que estaba pasando.
Cuando tenía nueve años, personal del Juzgado se presentó en su casa y le habló de una familia que quería saber quién era ella. Su tío comisario ya se había fugado y el 30 de diciembre de 1987 Victoria comenzaba el camino hacia la restitución de su identidad. Conoció a su familia biológica y a sus abuelas, a todas ellas, a las de Plaza de Mayo. Vio fotos de sus padres, conoció sus historias y empezó a entender la causa por la que habían dado la vida. Decidió no abandonar la senda que ellos habían comenzado a andar. El proceso, asegura, no fue sencillo, pero la búsqueda de la verdad es un camino que no tiene retorno.
El Intransigente: La vicepresidenta de Abuelas, Rosa Roisinblit, dijo recientemente que una cosa es recuperar un nieto, pero otra distinta es conquistar su amor. ¿Cómo fue tu experiencia en este camino de reconquistarte con tu familia de sangre?
Victoria Moyano: "Para mí fue muy importante poder conocer mi historia. Yo pude acceder a mis nueve años a mi familia. Creo que hay una etapa de conocimiento mutuo, de aceptación que tus padres fueron desaparecidos, secuestrados y asesinados por las fuerzas represivas que llevaron adelante el genocidio en la Argentina. Entonces, desde ese punto de vista, primero hay que aceptar que uno tiene esa historia. Después, tener la predisposición de escuchar y tratar de establecer lazos con tu familia biológica, teniendo en cuenta que no compartiste tu vida con ellos, producto de una apropiación, no porque esa familia no te haya estado buscando. La historia de Guido, como la de los otros nietos, forma parte de familias que durante años los han estado buscando. Entonces, desde ese punto de vista, creo que ese amor que se expresa sirve mucho para que podamos conquistar una relación con nuestras familias y tratar de acercarnos también a nuestros padres. Cuando yo recuperé mi identidad no recuperé sólo mi nombre. En mi caso, siento que recuperé la historia de lucha de mis padres, por lo que ellos dieron su vida, la lucha que ellos amaban. También tuve la recuperación de esa lucha, que es muy importante para mí. Creo que en estos momentos hay un proceso muy importante de los nietos que es recuperar a los padres biológicamente, pero también su militancia.
El Intransigente: Estela de Carlotto pidió que se respetara a la familia que crió a Guido durante todos estos años. ¿Ves un trato diferente de parte de la prensa y de sectores políticos en este caso en particular?
Victoria Moyano: No conozco realmente cómo Guido llegó a los brazos de la familia que lo crió. En general, si hubo una apropiación, significa que no existió una adopción legal. Por lo tanto, hay una conducta criminal. La Justicia penal interviene inmediatamente, se los procesa y se los condena. Yo no sé cómo fue el caso. Por eso, no puedo opinar acerca de lo que dice Estela, que se trata de una buena familia. Sólo puedo decir que cuando hubo apropiación, los apropiadores han cometido un delito.
Su activa militancia la llevó a apoyar los reclamos de los trabajadores despedidos de la empresa Lear. Victoria nunca escondió su militancia por los derechos de los trabajadores y llevó con orgullo las banderas de sus padres. Por ello, días atrás fue detenida en un escandaloso operativo de Gendarmería, junto a dos militantes por los Derechos Humanos y un legislador electo. La indignación se esparció por todo el país y fue liberada horas más tarde.
El Intransigente: Hoy la vida te encuentra militando activamente con los trabajadores de Lear. ¿Trabajás en la empresa o militás con ellos?
Victoria Moyano: No trabajo en la empresa, yo me acerco de manera solidaria como parte de los organismos de Derechos Humanos que venimos acompañando a los trabajadores de Lear. Lo hacemos con distintas luchas desde hace años. Entiendo que los trabajadores de LEAR se encuentran en una situación donde se le ha limitado todo tipo de goce de libertad democrática, desde la libertad sindical hasta la de trabajar. Se ha incumplido una docena de fallos judiciales que sostienen que esos despidos son ilegales. Por esa razón, junto a otros organismos de Derechos Humanos, acompañamos la lucha de los trabajadores, como parte de la lucha por las libertades democráticas de este país. No lo vemos como algo escindido. Las libertades democráticas no son sólo lo que implica el juicio y castigo al genocidio. Desde ya, lo seguimos defendiendo y luchamos a diario para que los genocidas vayan a la cárcel. Nosotros también creemos que tenemos que defender todas aquellas libertades que hacen a la vida cotidiana que están siendo vulneradas”.
El Intransigente: Hay, en cambio, otros nietos que han optado por otro tipo de militancia, que hoy son diputados u ocupan cargos en ministerios nacionales. ¿Vos crees que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner cooptaron esa lucha militante?
Victoria Moyano: Lo que pasó con el gobierno de los Kirchner fue que, cuando Néstor tuvo que legitimar ese 22% de votos que obtuvo en las elecciones nacionales, tomaron las banderas de algo muy sentido: la lucha por los Derechos Humanos en este país. En ese sentido, muchos de los organismos de Derechos Humanos se han acercado políticamente y han defendido toda la gestión kirchnerista. Creo que, por principios, los organismos de Derechos Humanos deberían mantenerse independientes de todos los gobiernos y del Estado, que son los que vulneran la libertad democrática. Yo tengo una posición muy crítica sobre cómo ha actuado este gobierno con la política de Derechos Humanos”.
El Intransigente: El gobierno y algunos organismos de Derechos Humanos sostienen y defienden al Jefe del Ejército, César Milani.
Victoria Moyano: Creo que de ninguna manera puede estar al frente del Ejército un personaje perverso como Milani después de todas las denuncias que hay alrededor de su persona sobre delitos de lesa humanidad. Ese caso fue una divisoria de aguas alrededor de la valoración de la política de Derechos Humanos de este gobierno. Desde hace muchísimos años vengo exigiendo la apertura de los archivos, es decir, las nóminas de las fuerzas que revistieron en los centros clandestinos entre el 76 y el 83, para poder acceder a los datos de dónde podrían estar nuestros hermanos y nuestros padres. Pero este gobierno, al igual que los anteriores, no ha querido entregar esas nóminas. Entonces, todo lo que avanzamos en materia de Derechos Humanos es producto de la lucha incansable de las organizaciones y no de este gobierno. Por eso no compartimos la lectura con otros nietos y otros organismos”.
El Intransigente: ¿Servirá la aparición de Guido como incentivo para que otras personas que duden de su identidad se acerquen a Abuelas?
Victoria Moyano: Es posible, de hecho ya se habla que hay jóvenes que se han acercado a conocer su identidad. Pero, como te dije anteriormente, me parece que es una política insuficiente. Nosotros no podemos dejar todo en manos de las dudas de los jóvenes, en que se animen denunciarlo y, luego, que se animen a hacer el ADN. Esa responsabilidad no puede quedar en nuestras manos. Es la inversión de la prueba. Nosotros tenemos que probar todo. Si es el Estado el que desapareció a nuestros padres, es el mismo Estado el que tiene que devolvernos nuestra identidad”
Por Guido Baistrocchi - para El Intransigente
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